Estamos en la época estival, tiempo de lucir sandalias y descubrir nuestros pies en playas y piscinas. Este es el momento en el que nos resultan más perceptibles los problemas de los pies (uñas, durezas, grietas, etc). Y no hablamos sólo de apariencia, también de la salud general de los pies, que suele ser una de las partes más olvidadas de nuestro cuerpo durante todo el año, a pesar de que soportan el peso corporal y su cuidado inadecuada puede provocar dolores, no sólo en la planta o los talones, también en el resto de las extremidades inferiores o la espalada.
Para ofrecer a nuestros pies ese cuidado especial que se merecen está la pedicura spa, un tratamiento específico e intensivo, una experiencia relajante que va más allá de la pedicura tradicional, proporcionando salud, estética y relajación a nuestros pies. Libera tensiones y mejora la circulación.
¿En qué consiste una pedicura spa?
Actualmente, el cuidado multitud de cosméticos y tratamientos para el cuidado de los pies que tienen como objetivo limpiar y mejorar la apariencia tanto del pie como de las uñas. Este sector ha evolucionado ha evolucionado mucho buscando el objetivo de superar la simple apariencia y conseguir un cuidado más completo, que repercuta en un bienestar general del cuerpo, nuestros pies también necesitan eliminar la tensión acumulada, relajarse y, así, podrás reducir todo tipo de dolores de molestias.
La pedicura spa es un tratamiento intensivo engloba las mejoras estéticas de una pedicura convencional, como son el tratamiento de las cutículas, limado, limpieza y lacado de las uñas, complementado por un tratamiento de bienestar que consigue mejorar la salud del pie, activar la circulación y reducir las tensiones.
Para realizar una pedicura spa se siguen una serie de pasos:
– Baño para pies: la pedicura spa suele comenzarse con un baño con sales aromáticas, aceites esenciales relajantes o gel antibacteriano especial, que aportan nutrientes. Los aceites destensan y mejoran la circulación.
– Exfoliación: para eliminar impurezas y células muertas en la parte baja de la pierna. Dejan la piel limpia de bacterias. Además, conseguimos eliminar gran parte de las manchas que se producen en los pies.
– Limado de durezas: se trabaja con lima o torno, por ejemplo, zonas como los talones, las plantas o los contornos de los dedos meñique y pulgar del pie.
– Aplicación de mascarillas: para hidratar y mejorar las durezas de la piel y dejar un tacto suave y sedoso.
– Masaje: se masajea el pie y la pantorrilla con el objetivo de favorecer la sensación de relajación, así como para destensar, activar la circulación y eliminar la retención de líquidos de la zona. Se trabaja cuidadosamente y con mimo cada parte del pie y la pantorrilla (una zona normalmente muy cargada) en busca de buenas sensaciones. No olvidemos que en la planta de los pies tenemos 2000 terminaciones nerviosas.