La vitamina C es vital para que podamos gozar de una buena salud pero, ¿Qué es la vitamina C?. Se trata de un nutriente, necesario para nuestro organismo. Sirve para que se puedan formar los vasos sanguíneos, músculos o el colágeno en los huesos.
Pero no acaban aquí sus propiedades. Forma parte del proceso de curación en nuestro organismo además, un potente antioxidante que protege a nuestra células contra los efectos que pueden provocar los radicales libres.
Nuestro organismo no produce vitamina C, por eso los especialistas recomiendan llevar una dieta equilibrada, que nos proporcione las cantidades necesarias.
¿Dónde encontramos la vitamina C?
La vitamina C se asimila, no la produce nuestro organismo. Podemos encontrarla en alimentos como frutas tales como la naranja, el limón, patatas, tomates, brócoli o espinacas entre otros alimentos. Casi todos obtendremos una buena dosis de vitamina C en nuestra dieta, si es equilibrada, pero ojo, hay hábitos pocos saludables que pueden provocar su déficit. Por ejemplo, el tabaquismo activo y pasivo o tener una dieta incorrecta y carente de frutas y verduras. Hay enfermedades del aparato gastrointestinal que también pueden provocar un déficit de vitamina C.
La vitamina C también nos cuida “por fuera”
Ya hemos comentado que la vitamina C tiene un potente efecto antioxidante en nuestro organismo, entonces ¿por qué no sacarle partido?. En el mercado hay multitud de productos dermatológicos que ofrecen las ventajas de esta vitamina, pero ojo, nuestra recomendación es que apuestes siempre por productos de calidad. Más vale invertir en un buen cosmético, si queremos realmente obtener beneficios.
La vitamina C es una molécula soluble que interviene en muchas reacciones químicas provocadas en nuestro organismo, además de ayudar a fortalecer nuestro sistema inmunitario.
¿Piel menos tersa, arrugas o manchas?
Como potente antioxidante, la vitamina C, combate el efecto negativo de los radicales libres, que no es otro que provocar el envejecimiento de nuestra piel. Esto se puede materializar en manchas, arrugas y una piel menos tersa. Empecemos por ésta última, todos estamos condenados a caer en manos del paso del tiempo… y nuestra piel no se libra, pero podemos cuidarla usando la vitamina C. Los radicales libres en grandes cantidades acentúan el proceso de la flacidez, efecto que contrarrestaremos con tratamientos a base de vitamina C. También podemos intentar combatir las arrugas. Podemos ayudar a nuestro organismo, con un tratamiento correcto, a que repare mejor este daño excesivo provocado por la oxidación. Las manchas, por otra parte, vienen causadas tras la exposición de nuestra piel a la luz sumado al mal hábito de no usar crema protectora, durante todo el año. La luz solar, la radiación, provoca lesiones en nuestro órgano más extenso, la piel. La melanina se acumula y crea las antiestéticas manchas, que también pueden combatirse a través de tratamientos con vitamina C.
¿Cómo es un tratamiento calmante con vitamina C?
Cuando te sometas a un tratamiento con vitamina C disfrutarás de una sala en la que podrás relajarte y centrar tus cinco sentidos en el tratamiento facial. ¡Ya sólo este momento zen, es saludable! Una sesión estándar comprende distintos procesos, pasando por la evaluación táctil y visual, para determinar qué ingredientes cosméticos son los más apropiados para tu tipo de piel y/o lesiones cutáneas. Tras un tratamiento de inicio basado en presiones y amasamientos se procede a la limpieza especialmente del contorno de ojos y labios, junto al rostro, cuello y escote. Seguidamente, con la aplicación de una loción adecuada a tu piel, tonificaremos la zona con masaje y presión suave en escote, cuello y rostro. Tras una serie de maniobras, se aplicarán técnicas eléctricas, en unos casos, combinadas con masajes y máscaras que aportarán los nutrientes necesarios de vitamina C para tu piel.
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