Las estrías aparecen en la piel en forma de marcas alargadas, como franjas o líneas. Lo más común es que surjan cuando se producen cambios bruscos de peso o cuando el cuerpo crece, por lo que en muchas ocasiones coincide con el desarrollo de la pubertad. Pueden aparecer también en la zona abdominal durante el embarazo, ya que el cambio de volumen en un período de tiempo relativamente corto propicia que la piel pierda su elasticidad natural y, de alguna manera, acabe por ‘fragmentarse’.
Nuestra piel puede perder colágeno a lo largo de todos estos procesos, y es por ello que las estrías se señalan con un color rojizo. Con el paso de tiempo se vuelven de color blanco, dando paso a una imagen poco o nada estética, ya que parecen cicatrices. Como en muchas ocasiones, la mejor manera de acabar con ellas es… ¡prevenirlas! Afortunadamente, podemos seguir unas cuantas pautas para que no tatúen nuestra piel.
¿Son tus hábitos de vida saludables? Párate un momento a pensar si hay algo que puedas corregir. Seguir una dieta sana es fundamental, una dieta en la que se incluya el consumo abundante y diario de frutas y verduras, acompañadas por, al menos, 1,5 litros de agua. Añade la práctica de deporte o ejercicio moderado pero constante y ya tienes la base para estar en forma y evitar la aparición, entre otras muchas cosas, de las estrías. Acorta tus exposiciones al sol y procura protegerte siempre de los rayos ultravioleta, ¡son más que perjudiciales para las cicatrices!
Si ya han aparecido, necesitas un refuerzo extra. Cuanto antes empieces a tratarlas, más posibilidades tendrás de eliminarlas. Existen cremas y aceites naturales muy nutritivos que aportarán la elasticidad que buscan tus tejidos. Aplica en la zona o zonas (abdomen, muslos, senos o brazos) aceite de rosas, cremas con alto contenido en vitaminas A y E o C o manteca de cacao. Otra buena alternativa para las estrías incipientes se encuentra en el aceite de germen de trigo. Sé constante y hazlo todos los días después de la ducha y tras haber exfoliado tu piel para que el tratamiento actúe mejor.
Los masajes son un gran complemento a todos estos cuidados diarios, ya que activan los flujos de circulación sanguínea y ayudan a que cualquier aceite, crema o producto se asimile mejor y gane en eficacia. Los masajes circulares estimulan la producción natural de colágeno, recuerda este truco para aplicar tus cremas todos los días, y combínalo con masajes profesionales para olvidarte para siempre de las estrías.
Si has llegado hasta el final del artículo, habrás comprobado que luchar contra las estrías no es tan difícil. ¿Qué piensas?