Todos conocemos la agradable sensación que nos depara tumbarnos en una camilla para recibir un masaje. Pero, ¿conoces la sensación debajo del agua? Es además de placentero, un tratamiento que nos brinda numerosos beneficios drenantes.
El masaje se realiza a presión dentro de una bañera o piscina habilitada para sesiones de hidroterapia, en la que el agua se deja templada, ajustándose a la temperatura corporal. El masajista trabaja bajo el agua, usando las palmas de las manos y una manguera con agua a presión. Las presiones se aplican en piernas, nalgas, abdomen y brazos, por lo que la sesión resulta muy completa; y además el terapeuta puede adaptar la intensidad al gusto y las necesidades de cada uno.
Los movimientos circulares realizados ayudan a reducir volumen y a evitar que aparezca la celulitis. El masaje cobra efectividad si se le añaden elementos drenantes y desintoxicantes como sales, algas y aceites esenciales. Si últimamentenotas las piernas más cansadas de lo habitual o crees que tu circulación puede mejorar, no te lo pienses y prueba unas sesiones. Notarás la mejoría y el alivio de manera inmediata.
Se trata, sin duda, de un valioso aliado que complementa las dietas adelgazantes, ya que, combinado con ejercicio – ya sabéis que esto es fundamental en todos los regímenes- ayudará a mejorar la elasticidad de la piel y su hidratación. Los cambios bruscos de peso propician la aparición de estrías y celulitis, pero dedicándole un poquito de atención a nuestra piel podremos evitarlo.
Como la gran mayoría de los tratamientos termales, no es necesario estar afectado de alguna dolencia para sumergirte en un rato de bienestar. El efecto relajante de las burbujas templadas sumado al de un masaje hará que volvamos a casa más felices, más tranquilos y con menos estrés. ¡No sabemos a qué estás esperando para probar!