Consigue un rostro libre de impurezas

La limpieza facial es un punto básico en toda rutina de  belleza. Además de librarte de las toxinas acumuladas, hace que los tratamientos que utilizas penetren en profundidad y sean más efectivos. ¡Te contamos los pasos que debes seguir para lograr una piel impecable!

 

En cuanto a la frecuencia, hay que lavar el rostro mañanas y noches. La limpieza al levantarnos elimina el exceso de grasa generado durante la noche, y ayuda así a devolver juventud y luminosidad. Por otra parte, el paso nocturno retira el maquillaje y la polución del exterior acumulada durante todo el día.

En la limpieza facial hay que tener en cuenta tres premisas: hazlo con agua fresca o templada, ya que si la temperatura es demasiado elevada provocará rojeces y flacidez en tu rostro; sustituye el jabón por un limpiador suave; y seca con una toalla exclusiva para la cara, dando ligeros toques y sin frotar.

¿Cómo te desmaquillas? Si lo haces con agua micelar, impregna un algodón con el producto y aplícalo con delicadeza sobre el rostro, sin olvidar cuello y escote. Si utilizas  gel desmaquillante, coloca antes el producto entre las palmas de las manos para ponerlo a la misma temperatura que tu piel, aplícalo suavemente y enjuaga con abundante agua.

Las personas con el cutis graso deben hacerse una limpieza facial más profunda semanalmente. ¿Es tu caso? Además de los diversos tratamientos profesionales, puedes seguir una rutina beauty casera específica para pieles grasas. Empieza por lavarte la cara con agua fresca y un jabón suave, masajea el rostro para ayudar en la producción de colágeno y elastina, para después aplicar un exfoliante. Las esponjas konjac, muy usadas en la cosmética coreana, causan ahora furor en el ritual de limpieza gracias a sus propiedades limpiadoras y exfoliantes. A continuación, utiliza toallitas empapadas en agua caliente para facilitar la apertura de los poros y así extraer los puntos negros. Finaliza aplicando un tónico con ayuda de un algodón y tu crema hidratante habitual.

¡Y no olvidemos la limpieza interior! Cuando nuestro organismo está contaminado por toxinas, las consecuencias en el exterior se traducen en una piel pálida, seca y sin brillo. Ayuda a la salud de tu piel desde dentro incluyendo en tu dieta vegetales, frutas, ¡y mucha agua!

2016-02-18T11:16:49+00:00